TRANSANTIAGO ¿Proceso de avance y modernización del transporte público?

Thursday, March 15, 2007

 

Hace ya bastante tiempo, el gobierno de nuestro país ha venido planteando una reforma al transporte público en la ciudad de Santiago; el cual se propone ambiciosos objetivos; los cuales tienen como propósito, mejorar la calidad del transporte público en la ciudad.

Una encuesta realizada en octubre del año 2005, nos dejaba en claro, que la opinión pública no estaba satisfecha con el sistema de transporte vigente y cuya evaluación promedio fue de un 3.6. Según la encuesta realizada por la Universidad Central, cuyos entrevistados fueron 400 personas, distribuidas equitativamente por cuotas proporcionales por sexo, edad y también diferentes rubros ocupacionales; contando con un nivel de confianza del 95%. Este estudio, nos enfoco las buenas expectativas que tenía la gente acerca del proceso, que ya está vigente a partir del 10 febrero del año en curso.

Antagónicamente, el análisis de opinión pública realizado recientemente por el Centro de Estudios Sociales y Públicos (CESOP), perteneciente a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central, nos da a conocer la disconformidad de los capitalinos y la falta de expectativas respecto a los objetivos propuestos por el Transantiago. Cabe mencionar, algunos aspectos de aquella investigación como: “un 55,7% de los santiaguinos considera que las mejorías al transporte público se verán sólo después de un año o más de aplicarse los cambios. Además, un 60,9% considera que el Transantiago no contribuirá a disminuir la congestión vehicular. Junto con eso, el 68,7% de las personas encuestadas afirma que la locomoción colectiva no será más económica, luego de producirse este cambio”.

Ya, con la segunda observación de la población, y con solo encender el televisor en algún noticiario, basta para darnos cuenta que este proceso aun está en pañales. Molestia acerca de la frecuencia de buses alimentadores, faltas graves de paraderos sin terminar, mala distribución de los recorridos, etc... son algunas de las quejas mas nombradas por la gente en entrevistas. Si bien es cierto, las reformas, muchas veces son procesos a largo plazo, y generalmente se empieza con una pequeña transformación, para así ir acostumbrando a la población a estos grandes cambios. Un claro ejemplo es la reforma educacional y la reforma judicial penal, aunque cabe decir, que los 3 procesos son totalmente distintos, pero el adecuado funcionamiento de cada uno en el tiempo varía bastante, puesto que si miramos a nuestros vecinos específicamente, a Colombia, veremos que ellos ya poseen a TRANSMILENIO (un proceso similar al TRANSANTIAGO) con el cual se estima que su correcto funcionamiento empezara solo el año 2015, pues sus modernas instalaciones estarán listas para esa fecha. Sin embargo el TRANSMILENIO comenzó a funcionar el año 2000, es decir, ya han pasado 7 años y aun no está completo. Podemos sacar como conclusiones a partir de lo anterior, pues nuestras autoridades no han dimensionado aùn el gran cambio que hicieron, ni escatimaron en las consecuencias que este les iba a traer Les dio lo mismo ;las llamadas de atención de los medios de comunicación sobre la falta de implementos para este proceso y sin pensarlo dos veces; tienen a la mayoría de los Santiaguinos viviendo una verdadera pesadilla, donde mucha gente ya no ve a su familia el tiempo que debiera, y les alarga aun mas una rutina muchas veces agobiante.

Otro factor negativo, que le podemos encontrar, es el desprestigio y la falta de credibilidad que van adquiriendo las mismas autoridades y las personas que son utilizadas por ellos para promocionar este nuevo plan de transporte (que generalmente son de la farándula).

Cabe notar que mucho tiempo antes se intento mostrar al TRANSANTIAGO como un modelo ideal de locomoción, sin embargo el cambio y la mejora en la evaluación del público no ha sido óptima, de hecho ha ido en baja cada vez y aunque se hayan propuesto unas serie de medidas de emergencia para resolver los reclamos de los usuarios, podríamos decir que estas no son del todo constructivas pues generan otros problemas, como por ejemplo las vías exclusivas que le impiden el paso a los automovilistas, haciéndolos ejecutar maniobras muy arriesgadas.

Es por lo expuesto que queda la interrogante ¿estaremos preparados los chilenos para un proceso de tal envergadura, como el TRANSANTIAGO?

La respuesta está en las calles, a la vista en los diarios y no en las expectativas iniciales.

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